domingo, 23 de agosto de 2009

Vincent Malloy

La maravillosa-horripilante historia de Vincent Malloy




Vincent Maloy tiene siete años
es un niño amable pero algo huraño.
Es bueno, obediente y muy educado,
pero él quiere ser como Vincent Price, su ídolo soñado.

No le importa vivir con su perro, su gato y su hermana.
Aunque preferiría compartir casa con murciélagos y arañas.
Allí jugaría con los horrores que habría inventado,
y vagaría por los oscuros pasillos solo y atormentado.

Cuando viene su tía Vincent parece un cielo
pero se imagina sumergiéndola en cera hirviendo para su museo.
Hace experimentos con su perro, Abercrombie,
con el fin de crear un horrible zombie.
Con ese espectro terrorífico para los hombres,
buscaría sus víctimas con la niebla de Londres.

Pero él no solo piensa en crímenes violentos,
Vincent pinta y de vez en cuando lee cuentos.
Mientras otros niños leen tebeos de acción.
A Vincent es Edgar Allan Poe quien llama su atención.

Una noche cuando leía una historia horripilante,
algo le hizo palidecer al instante.
Con tamaño disgusto su vida quedo derrumbada,
pues su bella esposa viva fue enterrada.

Debía cerciorarse de que había muerto,
e intentando desenterrarla destrozó las flores del huerto.
Su madre lo envió a su cuarto como castigo,
desterrado en sus sueños a la torre del olvido.
Sentenciado a pasar el resto de su vida,
con el retrato de su amada que fue enterrada viva.

Y mientras lloraba sumido en la desesperación,
apareció su madre en la habitación.
Le dijo: "si quieres puedes salir a jugar,
hace un día estupendo, lo puedes aprovechar".

Vincent trato de hablar pero no pudo,
los años de aislamiento lo volvieron casi mudo.
Así que cogió su pluma y se puso a escribir:
"Estoy poseído por esta casa, nunca volveré a salir".

Su madre le contesto:"ni estás poseído ni estas medio muerto,
este juego tuyo es solo un invento.
Eres Vincent Maloy, no eres Vincent Price.
Y no estás loco ni atormentado caray.
Tienes siete años y eres mi hijo,
vete a jugar con otros niños, te lo exijo.

Y con este toque de atención, abandono la habitación.
Pero cuando Vincent trato de sobreponerse,
las paredes empezaron a moverse.

Crujían, temblaban y su horrible locura la cima alcazaba.
Vio a Abercrombie, su terrible esclavo,
y su mujer lo llamaba desde el otro lado.
De la tumba nacían sus ecos,
y de las paredes surgían manos de esqueletos.

Todas las desgracias que sus sueños atormentaban,
entraron en su vida mientras él gritaba.
Trato de escapar, de huir del horror,
pero su mustio cuerpo se derrumbó por el dolor.

Y débilmente, casi sin voz, recitó el cuervo de Edgar Allan Poe.
Y mi alma, esa sombra, que allí flota fantasmal, no se alzará...nunca más.

viernes, 21 de agosto de 2009

Distancia



¿Es la distancia el olvido? no, no lo creo. ¿Es la distancia una excusa para escondernos de nuestro propio yo? Esto sí que es muy posible.

La experiencia nos proporciona sabiduría, pero en algunas ocasiones a un precio demasiado elevado. Las fronteras las construyen los hombres, las diferencias radican en el miedo.

¿Qué es la distancia entonces? Nada! os tengo a todos tan lejos y a la vez tan cerca! muchas veces mis letras tienen que cruzar todo un Océano para ser recibidas, otras veces el destino es algún lugar de esta patria, pero SIEMPRE recibo

A todos los que no he tenido la oportunidad de conocer en persona (hasta el momento) pero que espero hacerlo antes de abandonar la Tierra.